En FPM ahora mismo estamos agarrándonos los machos, que se suele decir. Porque, de repente, vemos que en 2014 se nos viene una cantidad de discos de chonidivas de las que estamos muy in love que no sabemos si seremos capaces de digerir. A la buena noticia de la llegada del “Britney Jean” de Britney Bitch tenemos que añadir la de un nuevo disco de la esquiva Lily Allen, que parece que por fin se ha decidido a dejar a sus dos nenes en la guardería y a dar la continuación que se merece a aquella joya del pop chonibrit que fue “It’s Not Me, It’s You“. Allen ha estado en coma musical desde 2009, pero no en las redes sociales y otros medios de comunicación, desde donde se ha encargado de dar buena cuenta de sus novedades vitales y de lo que pensaba sobre lo que se cuece en los hit charts hoy en día.
Y por fin ha decidido dar el salto desde su usuario de Twitter hasta el estudio y decir la suya: su primer single oficial en cuatro años (la versión que ha hecho hace poco de Keane no cuenta) se llama “Hard Out Here” y nos devuelve a esa Lily superchoni que critica el lado más superficial de la música y se chotea un poco de todo, empezando por ella misma. En el vídeo (que ha dirigido Christopher Sweeney) luce moñete de dominatrix, se ríe de sus quilos de más (“eo, que he tenido dos niños” dice en una mesa de operaciones en plena liposucción) y reparte cachetes y litros de champagne sobre el culo de un montón de bailarinas negras que parecen salidas de “Favela On Blast“. Y todo con unas coreografías que parecen salidas de los archivos de la MTV de 1999. Lily is back, señores, y parece que en plena forma… Figuradamente, eso sí.