El desfile de Diesel Black Gold en la pasada Fashion Week de New York destacó por los Samsung Gear S que lucían las modelos… ¿iWatch? ¿iWhat?
Como no podía ser de otra forma, la niña mimada de Diesel la lió parda en la última Fashion Week de New York… Pero tampoco debería pillarle a nadie por sorpresa: si por algo se ha distinguido siempre la línea Diesel Black Gold ha sido precisamente por ser una de las más valientes de la firma, por apostar fuertemente por una visión revolucionaria sin que eso vaya a la contra de una vocación fundamentalmente ponible. Así que, con ese punto de partida, a nadie debería extrañar el hecho de que el desfile de presentación de la temporada Primavera / Verano ’15 haya brillado primero por la propia colección y segundo por lo que llevaban los modelos en la muñeca.
Y es que, para una ocasión tan especial, Diesel Black Gold se ha asociado con Samsung para demostrar que los diseños bastantes horribles del iWatch son el resultado de que Apple no ha sabido buscarse las mejores compañías en lo que respecta a diseño de moda. La unión hace la fuerza, y lo cierto es que el Samsung Gear S se ha visto infinitamente reforzado gracias a la aportación loquer de Andreas Melbostad, director creativo de Diesel Black Gold, quien ha cogido el artefacto en cuestión y lo ha convertido no sólo en un accesorio de moda estilizado, elegante y desafiante, sino que lo ha transformado en el “lo quiero” definitivo de las hordas fashionistas para la próxima temporada.
También hay que reconocer que el Samsung Gear S lució especialmente espectacular en el seno del desfile de Primavera / Verano ’15 de Diesel Black Gold, ya que se mimetizó a la perfección con una colección que muestra una vocación sublime a medio camino entre el gloom New Wave y la dura pose rockabilly. Pantalones de cintura alta, denim puramente raw, vestidos con forma de A, micro tachuelado por doquier, detalles metálicos y una supremacía absoluta de materiales como la seda, el crepé, la piel y el cuero… Gracias a Diesel Black Gold, la próxima temporada se prevé como un statement de poderío estilizado.