5. “El Ruletista”, Mircea Cărtărescu (Impedimenta). Impedimenta rescata y traduce un magnífico cuento de este joven autor rumano que está estremeciendo el panorama literario actual, haciéndose notar. En este caso, nos encontramos frente al caso de un extraño sujeto maldito por la mala suerte que, aparentemente, encuentra la excepción en el dudoso arte de la ruleta rusa. Así, el narrador, morboso espectador y conocido del protagonista, nos explica su paso por el mundo de la ruleta rusa y la evolución de dicho mundo, que pasa de una práctica suburbana a un rito casi religioso en el que la más alta alcurnia se presenta con tal de observar el milagro del ruletista. Una lectura brevísima y amena condimentada con un estilo cuidado y efectivo que hace de este libro un ligerísimo manjar para el buen lector.
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4. “Diario de un ama de Casa Desquiciada”, Sue Kaufman (Libros del Asteroide). Esta novela está escrita con un estilo eficaz que fluye de manera impecable. Es de aquellos libros que uno no tiene miedo a recomendar a cualquier lector; de aquellos que se dice que enganchan. Pero, afortunadamente, esta no es su única virtud: es una novela inteligente y con un sentido del humor sarcástico y delicioso, y tiene una capacidad incisiva envidiable, tanto a la hora de adentrarse en la psicología de la protagonista (con la que es imposible no acabar identificándose por más que no se compartan experiencias vitales) como a la hora de burlarse de la ambición, la vanidad y otras mezquindades de cierta clase media-alta con ínfulas culturales. Probablemente, el único defecto de la obra sea un final demasiado fácil, demasiado feliz. Es imposible, después de la escalada de acontecimientos que llevan a la protagonista a un callejón sin salida, no sentirse decepcionado ante un final tan anticlimático y azucarado. Aun así, el final no acaba de amargar el buen sabor de boca que deja el resto del libro, porque se trata de una novela capaz de retratar la ansiedad, la frustración y la asfixia de una forma perfectamente convincente, pero sin dejar de lado el sentido del humor. (leer más)
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3. “El Juego del Otro”, Paul Auster + Enrique Vila-Matas + Jean Echenoz + Barry Gifford + Paul Klee + Sophie Calle (Errata Naturae). La acertadísima selección de autores y textos no sería la mitad de deslumbrante si no fuera por el mimo que se le intuye a Errata Naturae en la edición de “El Juego del Otro“: ya no es sólo que adornen el tomo con profusas fotografías (sobre todo en el tramo de Sophie Calle), sino que, además, cada nueva conversación se ve matizada por los editores por la vía de introducciones esclarecedoras que fortalecen todavía más la tela de araña que van tejiendo los autores participantes. En conjunto, “El Juego del Otro” se erige como una de las mejores ediciones del año: un artefacto explosivo dispuesto a estallar en la cara de los adormilados para recordarles la verdadera razón de ser de las editoriales literarias. Jugar o morir. (leer más)
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2. “Peyton Place”, Grace Metalious (Blackie Books). Hoy en día, hablar de mierda debajo de las alfombras de pueblos y localidades diversas no es ni original ni novedoso. Pero los relatos fílmicos, televisivos, literarios… hay que entenderlos en su contexto, y aunque los vaivenes de Laura Palmer y demás marcaron a nuestra generación, estos no hubieran existido sin “Peyton Place“. La historia no es la más original del mundo: una localidad de New Hampshire con menos luces que sombras y dos protagonistas femeninas no por más prototípicas, menos interesantes. Metalious escribió este libro inspirándose en vecinos y conocidos y obtuvo un éxito que nunca pudo superar. Hasta el momento, nadie se había atrevido a poner sobre el papel la hipocresía de una sociedad intolerante y absurda más preocupada por los problemas de los demás que por sus propios males. En “Peyton Place” hay males a patadas: pobreza, alcoholismo, ludopatía, incesto, envidias… Lo mejor es que es una lectura hábil e inmediata, un folletín con envoltorio dorado obra y gracia de Blackie Books.
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1. “Una Novela Natural”, Gueorgui Gospodínov (Saymon). Hay en “Una Novela Natural” toda una disertación encubierta (con esos juegos que el autor practica con una socarronería infinita) en torno a la ambigua línea que separa la desestabilización psicológica del genio creativo: desde el prólogo tardío del editor, es inevitable mirar el manuscrito con ojos de fascinación en torno a la pericia creadora del narrador (y del propio Gospodínov). Pero la propia narración conduce al lector, de forma subrepticia, hacia la sospecha de que ese genio creativo convive con una perturbación mental destructiva en lo vital a la par que creativa en lo artístico. Y así, suspendido en medio de las bolas con las que Gospodínov borda sus particulares juegos malabares, el lector pasa a través de “Una Novela Natural” como un suspiro, como quien bebe un vaso de agua fresca en verano: con urgencia pero con los sentidos abiertos al cien por cien, asimilando la propuesta del autor en la totalidad de ese humor irónico que encubre un fondo no sólo oscuro… también endiabladamente profundo. (leer más)
[Raül De Tena + Julián Q. + Núria Casademunt + Estela Cebrián + Ester Pino]